Una vez lejos del aburrido desierto de Nevada hemos retomado nuestra querida 66 donde la dejamos, a la altura de Kingman. Desde aquí a Needles, nuestro destino de hoy, hemos tenido que cruzar las Black Mountains, una pequeña cadena montañosa lejos del mundo, y un nuevo paisaje que añadir a la colección. Aquí el desierto está poblado por una especie de palmeras que le dan un aire diferente.
A mitad del camino se encuentra el pueblo de Oatman. Antigua colonia minera de principios del siglo XX, la población subsistió un tiempo gracias a la 66 cuando la mina de oro cerró sus puertas. Una vez que se construyó una ruta alternativa entre Kingman y Needles, Oatman quedó totalmente abandonado. Hoy se ha convertido en un destino turístico ya que sus calles están pobladas por un montón de burros salvajes, descendientes de los que se utilizaban en su día para la minería.
En las tiendas de souvenirs los turistas pueden comprar comida para dársela a los animalicos, que se acercan sin ningún miedo buscando alimento en las manos de los visitantes. Aunque hay algunos que prefieren pasarse el día tomando el sol.
Como todos los edificios del pueblo son los típicos del oeste, cada día unos cowboys amateurs representan un duelo de vaqueros en la calle, que ha sido gracioso hasta donde hemos podido entender, porque cuando se ponen a hablar rápido, no hay manera de pillar ni mu. Al final, pim pam pum, un muerto por aquí, otro por allá, y el más listo se llevó la pasta. Eso si lo hemos entendido. Cuando ha acabado la representación, nos hemos puesto en marcha otra vez.
Después de otro rato de serpentear por las Black Mountains hemos llegado a Needles, un pueblo que según un letrero en el Wagon Wheel, el restaurante donde nos hemos zampado dos super hamburguesas, se puede definir como un "punto caliente, conocido por absolutamente nada, a 20 millas del agua y a 2 pies del infierno". Y al menos hoy es la pura verdad, podéis hacer la prueba: id al lavabo, coged el secador del pelo, ponedlo a máxima potencia y apuntad a vuestra cara. Así de caliente soplaba el viento hoy en Needles.
Como aquí no había mucho que hacer, nos hemos aprovisionado bien de agua y comida, porque mañana nos toca cruzar el temido desierto del Mojave, y no tenemos noticias de que haya una triste estación de servicio en el camino.
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