22 jun 2011

Día 10: Erick - Tucumcari

Al final con el percance de las llaves, el inicio de etapa ha acumulado un retraso de unas tres horas, así que hemos tenido que sacrificar la conducción tranquila por la ruta y nos hemos plantado en Amarillo por la autopista a la hora justa de comer. Y es que si había algo que no nos podíamos perder en Texas era un buen filetazo en The Big Texan.


Don't mess with Texas:

O lo que vendría a ser lo mismo: "Con Texas no se juega". Eso es lo primero que nos encontramos al cruzar la frontera. Eso, y una cruz gigante, un depósito de agua inclinado (a posta) cual torre de Pisa, y sobretodo, el restaurante que se anuncia como el del "Filete de 72 onzas gratis". Que al cambio vendrían a ser unos 2 kg de carne de vaca, más la guarnición, una ensalada, unos bollos... Si te lo comes todo en una hora, no tienes que pagar nada y tu nombre quedará inscrito para siempre en los anales de la historia en su página web y en una pizarra a la entrada del local.


Evidentemente, no hemos sido tan locos como para apuntarnos a eso, y yo me he conformado con un entrecot de "solo" 12 oz, unas seis veces menos que el del concurso, que ya me ha dejado más que bien. La fama de la carne de Texas es merecida, vale la pena la parada. Además el restaurante está ambientado como un saloon del oeste (¡Es que estamos en el oeste!), los camareros van de vaqueros y hay un músico cantando canciones country a los clientes.


Luego del banquete, nos hemos acercado a uno de los iconos de la Ruta 66, aunque en realidad nunca formó parte de la misma. Se trata del Cadillac Ranch, 10 auténticos Cadillacs enterrados de morros en el suelo, que según los artistas que crearon la escultura, simbolizan la decadencia del capitalismo. El caso es que se trata de la única zona del estado de Texas donde es legal agarrar un spray y liarte a graffitear los coches. Los Cadillacs, las pintadas y el lugar forman una estampa surrealista que vale la pena admirar.


Del paisaje de Texas hay que decir que es todavía mas árido y mas plano que el de Oklahoma. Está comenzando el desierto que ya no nos vá a abandonar hasta California. Es una pasada, porque hemos atravesado todo el estado en línea recta, y a los lados, nada. Solo tierra y nubes.



Como curiosidad, hoy hemos pasado por el Midpoint oficial del la Ruta 66, que está situado en la localidad de Adrian. O sea, que si no nos desviásemos a Las Vegas ni al Grand Canyon, nos quedarían los mismos kilómetros por delante que los que ya hemos hecho.


Nuevo México:

Estábamos cansados ya de la I-40, y nos hemos salido un momento a ver las ruinas de "el último hotel de Texas", justo en la frontera con Nuevo México, donde la calzada desaparece y se convierte en una pista de grava de unos 25 km. El caso es que teníamos la opción de volver a la autopista o de jugárnosla cruzando el desierto por un camino de cabras y bueno, al final hemos entrado en Nuevo México a lo grande, llenando el coche de polvo y gozando de unas vistas espectaculares.


También está muy bien el Blue Swallow en el peblecito de Tucumcari, el motel mas auténtico donde nos vamos a alojar. No por los servicios, que justea un poco, sino porque tiene 72 años de historia en la Ruta 66 y una decoración a base de murales y neones muy "cool", como dicen por aquí. Es agradable también sentarse en las sillitas que ponen en el patio, donde hemos charlado brevemente con una familia de California que han alucinado cuando les hemos explicado nuestro viaje y nos han deseado que lo pasemos muy bien cuando lleguemos a su tierra.



Una cosa que estamos notando es que todas las ciudades y pueblos que nos vamos encontrando tienen una estructura bastante parecida: La carretera principal está rodeada con todos los moteles, supermercados, gasolineras y fast-food, luego hay una red cuadriculada de casitas de madera con jardín que sería el 90% de la superfície y si tienes suerte, te encuentras una o dos calles con edificios de obra vista, de 2 pisos como mucho. Todo se construye a lo ancho y dejando mucho espacio, nada a lo alto como en Europa. A mí la sensación que me dá es que no estamos en pueblos, sino en una especie de urbanizaciones enormes donde nunca hay nadie por la calle, no sé si será por el calor, o porque se recogen muy temprano, pero no me parece que haya mucha vida social en las zonas por las que estamos pasando, al menos no como la conocemos en los países Mediterráneos.
¡Otra vez en la ruta!
Bueno, al final después de muuchas llamadas y varias horas de espera, aquí estoy dentro del coche escribiendo para deciros que...
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3 comentarios:

  1. En ese pedazo de trozo de vaca te puedes acostar y todo. Qué iba a hacer yo en un país como ese...?

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  2. Volverte carnívoro o pasar mucha hambre, no te queda otra...
    Fruta hay bastante, pero es carilla. La verdura solamente la encontramos congelada, eso si, bollería industrial podrías comer hasta hartarte.

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  3. Pues tu primo se pondria las botas, es un carnivoro por excelencia!!! Besitos.

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